Idea 3

Hace un par de semanas, mientras trataba de ordenar un poco una biblioteca en la que conviven de manera caótica diarios, libros y otras publicaciones, me encontré con el primer número de la revista La Mano, editado en abril de 2004, en Buenos Aires, y en cuya tapa aparece Kurt Cobain oculto tras unos delirantes anteojos blancos. Me puse a hojear la edición y, justo en el medio, me encontré con la entrevista que le realizara a Cobain el periodista argentino Sergio Marchi. En ese momento, recordé cómo había disfrutado leerla cinco años antes, al lanzarse La Mano. Es que, curiosamente, era una “entrevista inédita”.

La pregunta es: ¿cómo se explica que, en abril de 2004, diez años después de suicidarse Cobain (en abril de 1994), todavía hubiera ―¡y en Argentina!― una entrevista inédita?

La respuesta es la siguiente. En octubre de 1992, cuando Nirvana tocó en Argentina, Marchi entrevistó a Cobain para Clarín. La nota se publicó inmediatamente. El tema es que Nirvana todavía no era todo lo grande que sería unos años más tarde, y entonces el diario no le dedicó a la cuestión más que media página. De esta manera, gran parte de la conversación entre Marchi y Cobain no vio la luz. Ese sobrante fue el que apareció en el primer número de La Mano, en abril de 2004.

Mientras releía el texto, hace un par de semanas, me puse a pensar que casi todos los periodistas tienen en sus computadoras fragmentos de entrevistas que nunca fueron publicados. En muchos casos, tiene que ver con que el propio escritor decidió que los pasajes no encajaban en el conjunto de la nota, y entonces los dejó afuera. En otras ocasiones, el responsable fue el editor. Sea como fuere, lo cierto es que casi todos los periodistas guardan “retazos” de algunas de sus entrevistas.

A raíz de esto, me pregunto: ¿no sería atractivo un medio (una revista, un sitio, un blog, un libro) que se ocupe de dar a conocer fragmentos nunca publicados de entrevistas?

El principal argumento en contra de esta idea podría ser que lo más “jugoso” de cualquier entrevista nunca queda afuera. Y es un argumento sólido. Sin embargo, el medio del que estoy hablando no debería preocuparse por no tener lo más relevante de las entrevistas. En cambio, debería focalizar en los lectores para los cuales cualquier fragmento tiene un valor, más allá del que se le pueda atribuir desde la lógica mediática más tradicional. Este medio debería apuntar a los lectores para los cuales los sobrantes tienen valor simplemente por ser sobrantes. En fin, lectores para los cuales el fragmento aparentemente más banal puede llegar a ser un “pequeño tesoro”.

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